Vacua lexía errante
Octavilla espejada
Mordiente,
carcome mi carne
como si fuera una saeta
insertada dentro de mi, más, por partes.
Una surge sin medias tintas, inmisericorde, sangrante.
Otra inmune entre bastidores, más.. ciega.
Pero ambas concuerdan en ser
mis partes mordientes.
Mi esencia sangrante
es un aullido que se cierne
putrefacto, apaleando así la puerta
que me conduce al averno, el que yo mismo encargué.
Este último, fruto de mis ansias perras e indignos rencores,
donde el negro es el color de mis vestiduras, las de mis miedos y dudas.
Macabro ha sido siempre mi ropaje, una melodía alzando muertos; ella roe
con ansia sin límites mis venas agrietadas, vagando entre mis espectros, eso si, errantes.
Mi esencia entre bastidores se asienta en unas ansias perras, un amor hastiante
coartado por una vida limitada: el no conocer que chaqueta
cernida a mis entrañas, es la que desestima a su simiente.
Ciega mi esencia. Voraz como el fuego, consume, arde
en silencio, y así agota con entrega
pasional a mi ansia mordiente
de por si.. irritante.
Oscuros regentes
los que mi oscuridad encarnen
no por carencia, sino por diferencia
entre mis miedos a las tinieblas, congoja por una parte,
por otra, una insidia fatua he ingerente
con una lexía suplente
y su ansia acentuada.
Ingente.
** Estructura, Diseño y Diagramación: Rubula **
0 comentarios