Carroza del averno
Ya nada es cual el ardor de un beso.
Carroza del averno, que no me acuerdo
ni de una caricia.
Un ardor con gracia
donde se palpa un receso
cernido de una lágrima; –esa–, es su argucia.
Un latido que golpea con urgencia
una frase que sopesó
el llanto que oficia
travieso.
Argucia..
pues en un receso
viaja sin boleto. Malicia,
por calles de adoquines sin acceso
donde el orgullo se lava en su indecencia.
-- oo --
Estructura, diseño y diagramación: Rubula
0 comentarios