Cáustica al tiempo en cual escudriña irónica
la mudez; cercena sus voces
talando fóbica.
Paciente.
Marañada tantea roces.
Cáustica, al tiempo en cual escudriña irónica
el silencio, luce
muy tóxica.
Es la palabra que cual sádica
la astuta, se torne
cáustica al tiempo en cual escudriña irónica
sus roces.
De tóxica,
gesta un incipiente
drama cual si ésta se forjare
cáustica, al tiempo en cual escudriña irónica.
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Estructura, diseño y diagramación: Rubula
Adulan
las voces de la
nada con su perseverante
goteo, –arremetiendo éste–, por la mala.
Voces que asaltan por los hombros, deslizantes, –de esas–, que calan
ese triz entre dos estrofas; –tal–, las
que cierran a uno. Es el instante..
y dos almas pujan.
Rastros que se quiebran
donde las rajaduras, las
de la piel con sus cicatrices, carentes
de tiempo forjan cerrojos con mordaza que alientan
deslizarse a travez por una corriente fria. Son las que labran
lo que no importa –sufrido o llorado– conllevando el vacío de la
caida. Y un minutero deformando el tiempo del estómago, insano, más forjante,
que subsiste con sus caracolas escuchando sus rancias voces las que a sabiendas.. perduran.
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Estructura, Diseño y Diagramación: Rubula
Decasenario Rubulesco (Variante)
Aflora
unos muros de agua cual fuere un tapiz
siniestro.
En un ruinoso antro,
es la mudez, ardiente lápiz
rayando el ahora.
Una lámina timadora
forjando un tamiz
de silencios adormecidos.
El cristal de mis espejos.. el no encuentro.
Ardiz,
donde las lágrimas de un viajero moran.
Aflora
en un ruinoso antro
una lámina timadora..
el cristal de mis espejos. El no encuentro.
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Estructura, Diseño y Diagramación: Rubula
Palabras.
Una voz sin nombre
trémula y hasta casi a tientas
sobre las miradas, por sobre los motes.
Rodando inerte cuesta abajo en la noche
hacia la cornisa, voces brotadas de la nada.
Cuanto esconde en sentimiento una mirada perdida
peregrinando cuesta abajo en la noche
dejando en ella su memoria:
–una–, y se consume.
La nada.
Una que acontece
en una embarrancada arena
de un reloj dado vuelta, tremulo roze
de un mirar que elude los ojos de quien la mira.
Cuanto esconde en sentimiento una mirada perdida
por sobre todas ellas, sobre los motes.
Conciencia, una que delira y no consigue
–trémula, hasta casi a tientas–
una voz sin nombre:
amaras.
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Estructura, Diseño y Diagramación: Rubula
Infausta voz, unos grilletes haz de
tener; doblegaos ante quien
barrunte o presagie
un auge.
Apoyado sobre el trono de tu borde,
un tormento, que con su vaiven
rumia hasta indecente
un fraude.
Delira la insidia.. en quimera indulgente
y con voz leudada que rumie
el pesar que os puede.
Sitio atemporal con su dicción suplente
y ansia incauta, áquel, donde lidies
eso.. lo que sientes.
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Estructura, Diseño y Diagramación: Rubula
Como apesadumbra la eternidad.. Siglos.
Muerde el terror y escamotea los miedos..
y la apatía que no cesa.
No existe un atrás; ni manera.
Noches de veneno
eternas.
No cesa
la vigilia; vaquos
los únicos animos. Reza
su sombra serena carente de estímulos
donde la noche es su otra puta
con su cuello alzado.
Inhóspita.
Novela..
la de cielos diáfanos
con la hija de una luna sórdida.
Expresión clara de sus ojos
observando el tenue río de una vena.
Años idos en un reloj mutilado.
-- oo --
** Estructura, diseño y diagramación: Rubula
Hoy yo me di cuenta de que se me escabulló la primavera
que ni una sola vez –digo–, que ni una, respiré
hondamente por la nariz como ansiaba.
Ni la vista al cielo yo alcé,
como intuyera.
Eso sí, yo calculo por miles las pausadas pulsaciones
de aire de esta marioneta que soy, –inacabada–
ejerciendo su mueca en cada crepúsculo
donde pasean mis dragones;
una pradera que aún acierta ser verde.
Topología de las aceras que deambulo
junto a farolas epilépticas, –ellas–: mis habitaciones.
Bajo esas farolas
en las esquinas humeantes
donde se hallan mis ambulancias noctámbulas
junto al hedor lacustre –ese– que es propio de la noche
he de joderme por haber dejado escapar la primavera.