Infausto martirio

Infausto martirio

que entre solitarias callejas

de mi alma tu has de deambular; cortejas

en medio de farolas escuálidas el delirio

de sentirla a mi lado, –no –, cual una mortaja, –una que se aja–

sino, como un lienzo en cuyo escenario pincelo ebrio

de amor; un ruego que con valor palmario

dicho aprensión se resquebraja.

Aprensión que, –de antaño añeja–

exhala, a través de mis poros sensorios

una diatriba pertinaz como osada; un breviario

con tenacidad mordaz al tiempo que, –a sus muertos los coteja–.

En medio de las farolas escuálidas sombreando mi ser, un agrio

sabor de una atizonante lujuria, –perdura –, entre mis blancos y negros; desgaja

un contenido exótico al tiempo vulgar, conllevando así un deambular que no se resquebraja

donde, –mis solitarias callejas– trazan el infortunio de no poseerla; –eso–, un infausto martirio.

** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **