Blogia
Los Relatos de Ruben

Poesía al desamor

Simiente pertinaz

Bainet

 

Concedme tu pena

tal como al igual, tu suspiro

atado con cordial esmero a mi frente.



Simiente,

concedme tu pena

cual si fuere un cordón que drena

el nacimiento de un vínculo azuzante.



Amante

de ropaje vetusto, --ya ido--,

concedme tu pena.

 

--- 00 ---

Estructura, diseño y diagramación: Rubula

Conjurius rictus

Maineto

 

Si no llegase a la cúspide de tus

delirios cuando solo hay muros

de agua donde tus

absurdos..

 

Conjuro,

si no llegase a la cúspide de tus

insanos deseos..

¡¡mi luz!!

 

Si no llegase a la cúspide de tus

utopias, –topo murallas–,

lo haría mi luz.

 

En cuanto a la valla,

si no llegase a la cúspide de tus

cuentos sera por lasitud.

 

oo –

Estructura, diseño y diagramación: Rubula

Fermento delirante

Bainet espejado

 

Fermenta despacio

el ardor de sentirte mía

-alli-, donde yacen los hondos suspiros.

 

Delira.

Fermenta despacio

la sangre en venas con sus brios

acariciantes; telas de alientos.. de ira.

 

Nació

en un gozo sucio la furia.

Fermenta despacio

un suspiro con vehemencia,

más.. rancio.

 

Nívea evanescencia la que nació

de una voragine de furia;

fermenta despacio

un juicio.

 

Nívea evanescencia nació al amparo

del pudor y de la lujuria.

Fermenta despacio.



-- oo --
 
** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **

 

Turbio deseo alzado

Octavilla espejada inversa


Ya no encantarán mis ojos en tus ojos, ni se endulzará junto a ti mi pertinaz calvario.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada y hacia donde camines portaras
mi dolor. Juntos rodeamos la ruta donde nuestro amor se forjara.
Fui tuyo, fuiste mía. Serás del que te ame; del dignatario
que corte en tu huerto lo que yo he sembrado. –ahora–,
es la hora de partir; por ese calvario
de no serme; por el dolor.
Ha llegado mi hora.

Te ceñiste a la
pena, te agarraste al deseo
a hora del asalto y el beso; a un flaqueo
de la carne ardiendo como un faro al que con amor se recala
a través de una pared de sombra; ¡Cielos!
Todo en ti resulto naufragio;
un turbio deseo
alzado.
Infausto martirio
que entre solitarias callejas
de mi alma tu has de deambular; cortejas
en medio de farolas escuálidas el delirio gravoso
de sentirla a mi lado, –no –, cual una
mortaja, –una que se aja–
sino como un lienzo.

Una aprensión que,
–de antaño añeja– ella exhala,
a través de todos mis poros sensorios
una diatriba pertinaz como osada; un breviario
con porfía mordaz al tiempo que, –sus muertos los coteja–.
En medio de las farolas escuálidas sombreando mi ser, un agrio
sabor de una tonante lujuria, –dura –, entre mis blancos y negros; desgaja
un contenido exótico al tiempo vulgar, conllevando así un deambular que no se resquebraja.

** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **

Extraños a medianoche

Decineto Rubulesco

 

De pronto, los dos nos volvimos extraños, 

nos miramos proscritos, hasta

olimos extraños.




Pronto terminamos,

ambos perdiéndonos de vista,

dando por cierto que todo lo nuestro era

lo bastante raro, sin decirnos, siquiera un adiós.




Más, cuando me di cuenta de ello, el extraño era yo;

con un andar lento, uno, que se desgasta

tristemente con mucho esmero.

 

-- 00 --

** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **

Perpicaz conducta abdicativa

Cáustica
cual mordaz e irónica.

Alucinatoria
con una impostura fría
controlante, una perspicaz fémina
con tal grandilocuente veleidad áurica.

Lánguida mirar y al mismo tiempo cáustica.

Permitía, cual conducta abdicativa
una mano en audaz abstinencia
sobre una mama absentista;
adivinatoria.

Cual burla sarcástica,
deseos inquietos.. conquista incisiva.

Agonía de amor

Balatín espejado

 

Silente

os fuiste acercando

y, así–, forjaste mi agonía.



 Silente

fuiste moldeando

 un padecimiento, amparado

en el aroma de un perfume ya ausente.



Dueña de una perseverancia

y labios de fuego

regó

una constante ansia

 inmune, más, con tolerancia.



Un aroma, aunque ausente, ha sido evocante.

Recuerdo de un amor arado,

amado, y agriado.

Vigente.



Así , has forjado mi agonía;

moldeando mi ansia

ausente.

 

 

-- oo --
 
** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **

 

Turbio deseo alzado

Octavilla espejada inversa

 

Ya no encantarán mis ojos en tus ojos, ni se endulzará junto a ti mi pertinaz calvario.

Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada y hacia donde camines portaras

mi dolor. Juntos rodeamos la ruta donde nuestro amor se forjara.

Fui tuyo, fuiste mía. Serás del que te ame; del dignatario

que corte en tu huerto lo que yo he sembrado. –ahora–,

es la hora de partir; por ese calvario

de no serme; por el dolor.

Ha llegado mi hora.

 

Te ceñiste a la

pena, te agarraste al deseo

a hora del asalto y el beso; a un flaqueo

de la carne ardiendo como un faro al que con amor se recala

a través de una pared de sombra; ¡Cielos!

Todo en ti resulto naufragio;

un turbio deseo

alzado.

Infausto martirio

que entre solitarias callejas

de mi alma tu has de deambular; cortejas

en medio de farolas escuálidas el delirio gravoso

de sentirla a mi lado, –no –, cual una

mortaja, –una que se aja–

sino como un lienzo.

 

Una aprensión que,

de antaño añeja– ella exhala,

a través de todos mis poros sensorios

una diatriba pertinaz como osada; un breviario

con porfía mordaz al tiempo que, –sus muertos los coteja–.

En medio de las farolas escuálidas sombreando mi ser, un agrio

sabor de una tonante lujuria, –dura –, entre mis blancos y negros; desgaja

un contenido exótico al tiempo vulgar, conllevando así un deambular que no se resquebraja.