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Los Relatos de Ruben

Prosa poética

Engatusado alcázar

 

Castillos sin conquistar, eso amor. 
Cierras los pasos al andar, o, como decir, al redoble a muerte de las campanas llamando a su.. "una nueva victima". Yo. 
Si.. yo. Cuando rompes nidos de cigueñas donde nunca se posara mi alma bebe.

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Castillos sin conquistar.. ¿Es eso, amor? 
El tiempo pasa y pregunta cada tanto por tus ojos, por tu risa, o los despojos de tu presunta partida, si, eso último, "presunta", pues aunque te pese, aunque no estés, tampoco te has ido. Lloré ese amor que nunca me has dado pero que he llevado siempre metido.

Excéntrico, es el sueño

Raros son lo sueños que se desprenden de mi retraída mente; desde esa sombra que ahora me habita, de esas palabras cual fueren un epitafio invocando las huestes del engaño, hasta los recuerdos putrefactos, esos míos, esos, los que rasgan de ira y odio traumas viscerales. 

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** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **


Un latir inacabado

Picokoncerto

Una saeta envenenada se ha insertado dentro de mi corazón a consecuencia de un amor que ya no está; uno, cuyo latido me es aún hoy... inacabado.

 

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** Estructura, Diseño y Diagramación: Rubula **

Mis dos voces

Nanokoncerto


Mis dos voces.
Ambas fluyendo; una, muda como daga afilada sin pausa; la otra, marcada por un gran sentido de propiedad fraguando mis emociones en llamas cual si fuera un amante, pero, inmersa en una ternura malsana discurriendo por mi espina dorsal en olas.
Ahora soy una mera sombra presa de la imagen creadora de una mutilada pasión turbada.. mordiente.

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** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **

Martilleo sordo

Microkoncerto

 

Siento un martilleo sordo. Lóbrego es el dolor que corroe por mis entrañas; obsceno fluye sin descaro por mi alma por cuyos poros, su trazo esquilma pulso por pulso mi esencia. Forjado desde un amor perdido ocupa indecoroso lo que antaño fuera un espacio pleno. El vacío que mora dentro de mi es quien consume todo: palmario, impaciente. Ahora, hacia donde vaya llevaré su mirada y hacia donde camine he de portar el dolor, ya que, su pérdida me roe con un martilleo sordo, uno.. lánguido.

 

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** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **

 



Ulceras sobre nuestra piel

Hay personas que piensan que el amor nace con un beso o bien con una mirada, más, existen otras que piensan que muere con un grito si es que no lo hace con una lágrima.
Es hora que desabroche cada botón, uno por uno, esos que oprimen mi alma y su forma.
Puedo decir fehacientemente que ella era de esa clase de mujer que te mantenía loco. ¡Por Dios!
Ejercía sobre mí ese efecto vigorizante dada su mirada que más de uno la podría llegar a catalogar de lasciva. Seduciendo, nadie la igualaba, al punto, que al menear con pachurriento desdén su cadera tanto para hombres como mujeres era una explosión de deseo latente. Su acercamiento, toda ostentación.
Más, luego comenzamos a cambiar; la rutina, los cambios de temperamento, la  edad, el no-sexo, simplemente conformaron una matriz cuyo tejido se afianzó en lo no dicho. 
Así nos rodeamos de espejos en los cuales nos sentimos reflejados, sólo que las imágenes no mostraban lo que fuimos, sino en lo que nos convertimos.
De aquel suspiro enamorado donde el anhelo, su sentido, ha sido buscar donde el alma gemela se encuentra, a, hasta llegar donde la rutina todo lo marchita  no ha sido nada más ni menos, un camino empedrado.
Te observé. Te observé en silencio. Y ambos lo hicimos; sólo que, como observando un paisaje triste en cuyo lienzo se desdibujó la  frágil fragancia del eco de un sentir añorado, otrora existente.
Una incontrolable apetencia llena de suspiros penetrando cada poro, cada rincón del alma ha ido forjando el rostro de las sombras, forjando una alianza enmarañada en parte consecuencia de no habernos hablado y en parte por  no ser.. simplemente nosotros.
Dicen que el amor nace con un beso o con una mirada, pero de igual forma  muere con un grito si es que no lo hace con una lágrima.
Pasaste frente a mí y me miraste:  no miré tus ojos, te vi toda por el camino más corto de mi alma. Y fue en su espejo que te sentiste reflejada.
Ahora el desamor y desconfianza campean holgadamente sobre un silencio petrificado; así danzan nuestros dioses muertos con trémulo y párvulo gozo haciendo palidecer la luz a la vera de viejas farolas por las cuales transitamos. Así. Abriendo viejas úlceras sobre nuestra piel.

 

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** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **



Ella

Minikoncerto

Aún con los años transcurridos recuerdo mi primer gran amor: a la mujer que marcó mi existencia. Describiría su accionar imaginándome a la lava como acariciando el mar, una aduladora. Su seductividad era marcada por un vagar zigzagueante; un sinuoso camino en la floresta.

Ahora bien, era insulsa. Imaginad por un instante a un alimento sin aderezos; así era ella.

Sin llegar a un pasionar brioso, poseía ese toque explosivo que no logra alcanzar a la elocuencia. Aun así, lo que ella gestaba en mí, era un fuego que minaba mis entrañas corroídas con violencia. Se dirá que los polos opuestos se atraen. No sé, lo que si se, es que me marcó.

Quizás sean anhelos. De esa clase, que daban lugar a desoladas pujas socavando en mí ansias tupidas de codicia. La dejé o ella lo hizo conmigo. Luego me casé.

Y cual si fuere un halcón sobrevolando los abismos de un mundo incipiente inexplorado y virgen, el amor volvió a hacer crujir mi alma;  se plegó ante un provocante deseo palaciego que a la postre se convirtió en un silente jadeo ciñéndose a mi abrumada ansia reclamándolo cual si fuese fuego.

Ahora, ella compagina ambas almas unidas que  ante el tacto desnudo, ese, palpado piel contra piel, da lugar a sensaciones cosquilleantes, y a unos suspiros que doblegan y aunque ella nunca me escuchase, o nunca me viere, debiera ello ahora gestarme angustia pero  juro, que no la retendría. Pasaría las horas bajo la lluvia aunque me pese, sólo por ella.

 

** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **

Un ser impermebalizante

MicroKoncerto

Si. Ella poseía un fuego de los que socava el alma; incinerante a tal punto, que me era como una llama de esas que lava el interno. La mejor forma de expresarlo diría: de las que a uno lo consume.
Es, que cuando me dejo sentí el grito que al alma inculpa; tremulante. Es más, hasta afirmaría que cierta pujanza se confraternó en su momento, pues ella resultó ser totalmente subyugante en lo que respecta  a su comportamiento.
Tenía una pose andante. O sea,  poseía una subyugante mirada que se alternaba entre el abucheo del interno y el olvido que se nos cernió. En pocas palabras era dominante; un ser impermeabilizante.

 

** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **