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Los Relatos de Ruben

¡Déjame en paz!

–¿Acaso vos no os dais cuenta..? –El tono que utilizó era ronco, grave, en tanto se paseaba por la pieza como hablando para sí, gesticulando –¡Conductas..! Malsano sois; gestor de insano dilema, fraguante moldura, ¡forjáis!
De momento todo cambió y la voz se hizo tenue como estando inmerso en un soliloquio, diríase hasta llorisquero, acurrucándose en una esquina de la sala en la que se encontraba.
–Eso. Una expresividad menguada cual un volcán afligido, horas minutos.. ¡estando! –Se levantó y retornó con los ojos exorbitantes y voz ronca, golpeándose la cabeza contra uno de los muros de la pieza mientras pronunciaba–: ¿Qué es lo que de mi buscáis? ¡¡Ohh! Santo inquisidor eréis. Posesa mi alma acongojada; no estoy estando, y si acaso así fuere.. me sois una caminante perezosa.
El cambio de voz se hizo de nuevo notorio, más, en dicha ocasión, se desplomó.

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Estructura, Diseño y Diagramación: Rubula

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