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Los Relatos de Ruben

Poesía existencial

Cristal de mis espejos

Decasenario Rubulesco (Variante)

Aflora
unos muros de agua cual fuere un tapiz
siniestro.

En un ruinoso antro
ta la mudez, ardiente lápiz
rayando el ahora.

Una lámina timadora
forjando un tamiz
de silencios adormecidos.

El cristal de mis espejos.. el no encuentro.
Ardiz,
donde las lágrimas de un viajero moran.

Aflora
en un ruinoso antro
una lámina timadora..
el cristal de mis espejos. El no encuentro.

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Estructura, diseño y diagramación: Rubula

Espectros viajeros

Decasenario Rubulesco

 

Forjadas

son las palabras eludidas; espectros.

Regidas.

 

Cual duendes viajeros

–dichos espectros.. confidentes–

se forjan en faros.

 

Fluyendo en suspiros precoces

–cuasi insensatos–,

roen a las venas.. pujantes.

 

Interiorizando un mirador incierto

expone

la sombra de un lamento, –uno–, un tanto escueto.

 

Forjadas

cual duendes viajeros

fluyendo en suspiros precoces

interiorizando un mirador incierto.

 

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Estructura, diseño y diagramación: Rubula

 


Los pájaros del canto

Octavilla Espejada

 

Forjada
es la pena, inmune
 entre bastidores, que alude
 a una espalda,–una–, que cruje cansada
 por la afectación de la soledad; la un alma, a la que se alude
 por causa del desamor y desconfianza
 gestando éstos.. una venganza
 –sólo–, por embuste.

Una pena inmune
aunque.. pena al fin, la que anclada
su semilla al fin en la escariada médula
de su origen, –como penar–, sus rotosos baúles
claman ser tratados –ya no– por simples promesas astilladas.
La envidia, las palabras en vano, la discordia, han sido simples obués
lanzando su salva de hiriente sorna, uno sobre el otro y el otro sobre uno. Embustes
que tanto antaño como en el presente, han forjado un dilema: –seres con promesas astilladas.
Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos, ni se endulzará junto a ti mi pertinaz calvario.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada y hacia donde camines tu portaras
mi dolor. Juntos rodeamos la ruta donde nuestro amor se forjara.
Fui tuyo, fuiste mía. Serás del que te ame; del dignatario
que corte en tu huerto lo que yo he sembrado. Más, –ahora–,
es la hora de partir; por ese calvario
de no serme; por el dolor.
Ha llegado mi hora.

Te ceñiste a la
pena, te agarraste al deseo
a hora del asalto y el beso; a un flaqueo
de la carne ardiendo como un faro al que con amor se recala
a través de una pared de sombra; ¡Cielos!
Todo en ti resulto naufragio;
un turbio deseo
alzado.

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Estructura, Diseño y Diagramación: Rubula

Inerte complacencia

Cuarteto Rubulesco



Sorbiendo los suspiros de nuestras bocas

ambos nos fuimos adentrando

en la complacencia

mundana.


Sofoca

el hoy, con su inercia

enajenada, que se halla malviviendo

con el ayer el cual convoca.

 

Increadas frases que pecan

del sinsentido, impermeabilizando

con gracia

los suspiros de nuestras bocas.

 

Palabras con música,

con ansia

deambulante, conformando

las del sueño sin domicilo. Impudicas.


oo –

Estructura, Diseño y Diagramación: Rubula

 

Viscocidad sonrojante

Decasenario Rubulesco

 

 

Despojo

de fluidos, cuando no quedo nada de ella

en tierras extrañas.

 

Por nuestras viseras

aguadas ha quedado una huella..

enojo.

 

Devorando nuestros viscosos sonrojos..

doncellas,

unas viscosas alimañas.

 

Nuestros ojos con un cristal afilado,

sus venas y sus entrañas

sacó.

 

Despojo

por nuestras viseras,

devorando nuestros viscosos sonrojos,

nuestros ojos con un cristal afilado.


-- oo --
 
** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **


Vacua lexía errante

Octavilla espejada

 

Mordiente,

carcome mi carne

como si fuera una saeta

insertada dentro de mi, más, por partes.

Una surge sin medias tintas, inmisericorde, sangrante.

Otra inmune entre bastidores, más.. ciega.

Pero ambas concuerdan en ser

mis partes mordientes.

 

 

Mi esencia sangrante

es un aullido que se cierne

putrefacto, apaleando así la puerta

que me conduce al averno, el que yo mismo encargué.

Este último, fruto de mis ansias perras e indignos rencores,

donde el negro es el color de mis vestiduras, las de mis miedos y dudas.

Macabro ha sido siempre mi ropaje, una melodía alzando muertos; ella roe

con ansia sin límites mis venas agrietadas, vagando entre mis espectros, eso si, errantes.

Mi esencia entre bastidores se asienta en unas ansias perras, un amor hastiante

coartado por una vida limitada: el no conocer que chaqueta

cernida a mis entrañas, es la que desestima a su simiente.

Ciega mi esencia. Voraz como el fuego, consume, arde

en silencio, y así agota con entrega

pasional a mi ansia mordiente

de por si.. irritante.

 

 

Oscuros regentes

los que mi oscuridad encarnen

no por carencia, sino por diferencia

entre mis miedos a las tinieblas, congoja por una parte,

por otra, una insidia fatua he ingerente

con una lexía suplente

y su ansia acentuada.

Ingente.

-- oo --

** Estructura, Diseño y Diagramación: Rubula **

 

 

Maloliente pesar

 

Octavilla Rubulesca

 

Corre por mis venas

cegando latido a latido

cada caligrafía de mi lamento,

roendo esos muros venosos donde se vistiera

de gala un sordo dolor consumiendo lentamente todos mis latidos.

Infausto martirio, es el líquido oscuro el que araña

y sustenta esa: mi dolencia pagana

vaciando mi alma pulso a pulso.



Desapercibido

fue y es aún, ahora, obscena

aprensión mi perdida, la que ya araña

ahora mi corazón con eso del desasosiego.

Mi amor, ahora reconvertido en mi pesar, una calaña

maloliente; perspicaz y altisonante migraña que se ha implicado

que se sustente de mis venas, ya que ella, me corroe en todo en cuanto amor encarnado.

Infausto me es el martirio que por instantes clama que me sienta como una pared astillada.

 

-- oo --

** Estructura, diseño y diagramación: Rubula **

Para todo existe

Musa Rubulesca

 

 

Para todo existe

una ocasión: amar, odiar,

crecer y/o bien morir; es que ese instante

forja un punto de inflexión, se gesta de un quiebre, un cambiar.

 

Mi Yo en un instante.

Nace en plétora entrega, el dar,

en el otro, un quiebre. Nace en el instante

que fui, para de dicha forma mi esencia rechazar.

 

Un vacío me asiste

entre recodos inconexos

solicitando el puente, dígase nexo,

entre mi antaña plenitud y  una vacua oquedad

que ahora, corroe mis venas ahora porosas. Un nexo

vivo que convive en lo que ahora ya es un anexo.

Ahora me asiste una oquedad, una deidad

convertida ya en mi asistente

sin poder odiar.

 

-- oo --

Estructura, diseño y diagramación: Rubula