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Los Relatos de Ruben

Microrelatos

Intersticios lobregos

 

 

Cuando camino entre los intersticios de lo que ha sido una mezquindad lóbrega girando alrededor de ti como un aura malsonante, la sombra de aquello que alguna vez fui,–mi sombra–, golpea mi memoria para siempre, ahora, convertida en un grito que me entró en la carne para quedarse, donde el dolor por dentro se ha reconvertido en el cementerio de mis pensamientos.

 

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Estructura diseño y diagramacion: Rubula

Q.E.P.T.D.

 

 

Tiempo atrás.

–No tengo todo el día –dijo–. Hace frío.

Miro para un costado y luego hacia el otro; la carretera estaba vacía. 

–Crucemos.

 

Presente.

–¿Usted vio lo que pasó? –Mencionó el Pavo Real, micrófono en mano.

–Si yo lo vi –mencionó el venteveo, estando posado en la rama del único árbol en la zona–. Los zorrillos estuvieron un rato sin animarse a cruzar. –Y para reafirmar terminó expresando al noticiero–: Unas luces de la nada aparecieron y como tal, desaparecieron. 

––¿Y?

––Al  igual que el ruido de algo como un motor. –concluyó–. Caput. Muerte por aplastamiento.


 

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Estructura, diseño y diagramación: Rubula

 


Oquedad del alma

Habría querido contagiarme de tu fervor expuesto, tu alegría contagiosa, arrebatadora, más, como instante en diapositiva quedé tieso como roca; la inquina floreció.

El rencor, así como mi alma emponzoñada deteniendo el cauce innato de mi voz, el espacio acalló; una oquedad como el Foso de las Marianas moró en mí.

Entre palabras hirientes, temores perniciosos, frases dichas, entredichos inexplicables, el amor y el odio en una compaginación total se solaparon.

Ahora, el vacío es el rey, reflexivo el amigo, el lleno mi confidente, pero el vano.. ese, ese es el que lo habita.

 

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Estructura. diseño y diagramación: Rubula

 


Necesidad de ser

Fue como una bomba explotando en tu cabeza; sensaciones, emociones, sentimientos; el mundo, el que habías forjado, hizo eclosión.
Hasta ese instante, eras una olla a presión que esperaba el momento justo, un magma acumulado que buscaba la forma de liberar energía; todo en lo que creías, aquello que tenías por dado, de golpe se hizo trizas. Dejaste de ser Juan para convertirte en Margot.

Entredichos no dichos

Se que tu y yo fuimos algo, quizás una pregunta, un suspiro de una palabra.

Simplemente bastó un instante de flaqueza en el que bajamos la guardia y nos dejamos ir, y lo que fuera la sutileza del deseo, se tornó en el idioma de nuestros silencios ahora convertido en un suero con combustión y mecha.

Pero basta.

Me libero de las cadenas que me atan del afán de estar contigo, más, cómo se lo digo a este corazón que no aprende de olvidos.

 

Profanía intimidante

Es toda una ceremonia el labrar del tiempo.
Dejarlo sentir despacio en el espacio de nuestros cuerpos, en el silencio de su dialecto sellado a fuego, profanando, mancillando la intimidad del sentimiento.

Cuando nos amamos

Cuando nos amamos nos soltamos del oxigeno del mundo, y es en su ayuno, cuando nos volamos. La sutileza de las caricias nos asaltan por los hombros cerrando nuestros ojos desde nuestra nuca hacia todos nuestros todos; la voz de nuestros adentros esparce su sabor desilvando aire entre suspiros.

Sacrílego capricho

 

Profana es la intimidad del sentimiento desnudando el deseo.
En la yema de mis dedos te transportaste, más, ahora la silla esta vacía, la que aguarda al borde de mi mesa cual brillante carátula de un teatro en que la que la vida de un hombre se vive y representa.